domingo, 8 de febrero de 2009

María Livia Empujadora

Un empujón. Un empujoncito y la fe moverá montañas. Déjese llevar, confíe en mi. Acérquese y creerá, es la obra del espíritu. Así es. Es mi trabajo, no puedo llegar tarde. No se puede jugar así con el tiempo de la gente, los tiempos del Señor son otros. Vamos, no puede ser. Bueno, tranquilícese alguien le cedido su lugar. Más le valía.
Un empujón y todo arreglado.

2 comentarios:

Jonatan dijo...

"No entendo" diría el que atiende la caja registradora del almacén que está a la vuelta de casa.

odile dijo...

es muy particular tu forma de escribir, me encanta la gente que escribe de maneras no convecionales

siga para adelante !


besos